Si bien el núcleo del mensaje cursillista permanece inalterado, la fundación y las comunidades cristianas buscan formas de adaptarlo a los nuevos desafíos sociales y culturales. Esto incluye la utilización de plataformas digitales para la formación y difusión del carisma.
Uno de los principales retos es atraer a las nuevas generaciones. Para ello, se han desarrollado iniciativas específicas para jóvenes, utilizando herramientas actuales como redes sociales, podcasts y encuentros virtuales.
Con presencia en más de 60 países, los Cursillos de Cristiandad siguen expandiéndose. La FEBA colabora con comunidades internacionales para fortalecer el mensaje en diferentes idiomas y contextos culturales.
A medida que avanza el siglo XXI, el movimiento cursillista sigue siendo una luz para muchos. Con el respaldo de la FEBA, el legado de Eduardo Bonnín Aguiló continuará inspirando y transformando vidas por generaciones.