Muchísimos son los amigos que nos han visitado en su estancia en Mallorca, viajes muchos de los cuales han sido organizados con la intención de estar en las fuentes donde surgieron los Cursillos de Cristiandad.
También han tenido lugar esas maravillosas «casualidades», en las que durante vacaciones que no tenían ningún objetivo relacionado con Cursillos, estando en Mallorca han descubierto que podían visitar la sede de la Fundación Eduardo Bonnín Aguiló y con toda la ilusión del mundo, han hecho llegar su deseo de poder alegrarnos con su presencia.
Gracias a todos por el cariño que nos dais en cada encuentro y no dudéis que las puertas de la Fundación siempre estarán abiertas a todos los que deseen venir.