Cursillista del primer Cursillo de Cala Figuera.
El pasado miércoles 29 de mayo de 2019 tuvimos la oportunidad de visitar a Miquel Rigo Albons, que asistió al primer Cursillo de Cala Figuera. Nos recibió en su casa de Felanitx, junto a su hija Aina María y su yerno Vicenç. Fue una tarde entrañable en la que disfrutamos de hablar con Miquel. La entrevista fue en mallorquín, ya que por su edad avanzada le era más fácil expresarse en su lengua materna. Por ello, a lo largo de la entrevista, encontraréis algunas expresiones que, aunque luego las hemos traducido al castellano, hemos querido plasmarlas tal y como él las dijo.
Así es como Miquel Rigo, emocionado, nos habló del primer cursillo de Cristiandad de la historia.
—Me llamo Miquel Rigo Albons. Nací el 21 de noviembre de 1920, en el siglo pasado. Tengo 98 años y medio.
Miquel, estamos hoy aquí porque este año se cumplen 75 años del primer Cursillo de Cala Figuera y nos han dicho que estuviste en ese cursillo, ¿es así?
—Sí, así es. Yo tenía 23 años, era soldado, hacía el servicio militar en Felanitx.
¿Cómo te invitaron al cursillo de Cala Figuera?
—Yo era de Acción católica, en aquel momento era presidente de Acción Católica de Felanitx. Años atrás se hablaba de la peregrinación a Compostela, se pretendía conquistar jóvenes para ir a Santiago, ese era el objetivo. Y fuimos al cursillo pensando hacer campaña para ir a Santiago. Francisco Oliver era Presidente Arciprestal de la Acción Católica de la zona, de las cuatro ramas, vocal de la junta y me invitó al cursillo.
¿Recuerdas cómo fuiste al cursillo?
—Fuimos en bicicleta, nos reunimos por la noche en el chalet de Cala Figuera. La primera noche no hicimos nada. Cuando llegamos hablamos un poco y nos fuimos a dormir. Tuvieron que llamarnos la atención porque teníamos ganas de hablar y Riutord nos dijo: “a dormir”. Dormimos en el sótano, en el suelo con mantas.
¿Qué recuerdas del cursillo?
—Esto empezó el primer día, por la mañana fuimos a misa en una pequeña iglesia que había cerca, con el sacerdote Don Juan Julià, que era de Porreras.
Después de merendar fuimos al otro lado de la Cala y Riutord cogió dos bastones del suelo e hizo una Cruz con ellos. Empezamos el cursillo haciendo un Vía Crucis con esta cruz que hizo Riutord; luego la sujetó en el suelo con dos piedras y nos sentamos en el suelo alrededor de la cruz. Esto fue el retiro de la primera mañana, Riutord y Ferragut nos hablaron.
Eduardo Bonnin siempre que tenía ocasión, cogía alguno y hacía una “xerradeta” (hablaba un rato con él). Habló con todos.
Eduardo decía siempre “Tots podem esser cristians, tots podem esser Cristos, ell ho vol, tots podem esser Sants, podem esser altres Cristos, el bon Jesús ho vol”. (“Todos podemos ser cristianos, todos podemos ser Cristos, Él lo quiere, todos podemos ser santos, podemos ser otros Cristos, Jesús lo quiere”. A lo largo de estos tres días Eduardo nos repetía esto muchas veces.
¿De qué se hablaba en el cursillo?
—De hacer apostolado, de conquistar jóvenes para que fueran a misa. El tema principal era conquistar jóvenes para ir a Compostela. Nosotros pensábamos que íbamos a hacer propaganda de Santiago, no es que fuéramos engañados, pero fue algo más, fue otra cosa.
¿Cuántos días duró el cursillo?
—Tres días duró.
¿Te acuerdas de alguna anécdota del cursillo?
–Nos llevamos los trajes de baño y íbamos a nadar, teníamos prisa para ir a darnos un baño, hacía calor, íbamos a la cala a nadar.
¿Dónde hacíais los rollos?
—Dentro de la casa, alrededor de una mesa. La casa era de dos plantas, abajo había una sala grande que era como el sótano, dormíamos allí y arriba había un comedor, una sala grande, todos alrededor y Riutord hablaba y nos preguntaba cosas. Por las noches hacíamos un poco de resumen de lo que había pasado cada día. Había dos grupos y por la noche había un responsable al que le hacíamos preguntas o él nos hacía preguntas de lo que había pasado durante el día, esto cada noche.
Y después nos gustaba “fer trui”, (hacer juerga). Por las noches encima de la terraza, uno contaba un chiste, canturreábamos y hacíamos un poco de tertulia.
Hacíamos un resumen cada día de lo que había pasado. Dormíamos en el suelo, en el sótano encima de una manta.
En aquel tiempo cuando se hacían ejercicios, siempre había casas que se prestaban y hacían un pan. Comíamos ese pan que nos habían hecho en una casa y en otra. Habían traído cordero, había un hombre que se prestaba y nos hacía la comida, comimos carne asada y al tercer día ya no era tan sabrosa (Miquel se ríe cuando lo recuerda). El día anterior con un carro y una mula habían traído la comida.
Miquel nos habla de la Acción Católica de aquel momento y nos dice:
—Eduardo no quería formar parte de Acción Católica, su apellido le frenaba, no se sentía capaz por su apellido “xueta” (nombre despectivo para señalar a los descendientes de judíos conversos).. Él decía:” me gusta escuchar, pero también me gusta que me escuchen”, y aquí fue cuando Eduardo tuvo coraje de “donar passes” (ir hacia adelante) y hacer este sistema de los cursillos. Lo que Eduardo hizo fue separar el clero de los seglares, que los cursillos fueran cosa de los seglares, podía haber director Espiritual, pero no era cosa de sacerdotes, era cosa de seglares
Estuvimos viendo con Miquel Rigo las fotos del primer cursillo y reconociendo a los componentes del mismo. Recordó a algunos por su “mal nom” (apodo):
—Salvador Escribano, muy amigo mío que siempre que venía a Felanitx se paraba a verme, Xisco Camps, Toni Mesquida, que está junto a mí en la foto del cursillo, Paquito Grimalt, un sobrino del cuñado del Vicario Pou al que la guerra le sorprendió estando en casa de sus tios y tuvo que quedarse en Mallorca y por eso fue al instituto a Felanitx, era catalán. Tomeu “endonses”, Damià Bover, Toni “capbaxó”, Eduardo Bonnin, “es ros”.
Miquel se emocionó cuando vio la foto del cursillo con la cruz entre las dos piedras y ellos sentados alrededor y dijo:
—Això va esser lo primer de tot (esto fue lo primero de todo).
Nos enseña unas fotos en las que después de muchos años se reunieron los componentes del primer cursillo:
—Algunos de ellos ya no estaban entre nosotros, habían pasado muchos años. Fueron a hacerse una foto enfrente de la pequeña capilla de Cala Figuera.
¿Qué te parece que haya más de cinco millones de personas en el mundo que han hecho este cursillo que iniciasteis vosotros hace 75 años?
—Que parece mentira que encima de aquellas rocas, aquella pequeña semilla, se extendiera tanto. Tiramos una semilla en una ranura y ha dado sombra a todo el mundo. Es así.
Cuando nos despedíamos ya en la puerta de su casa, emocionado nos dijo:
“Seguiu endavant i propagau aquesta cosa, aquest bessó que va néixer fa tants d’anys. No vos atureu, hi ha molt de camp. Estau d’enhorabona amb sa marxa que duis”.
(Seguid adelante y propagad esta cosa, esta semilla que nació hace tantos años. No os paréis, hay mucho campo. Estáis de enhorabuena con la marcha que lleváis”).