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4/MAR/2025
¡Se puede ser mejor!
Este artículo explora el pensamiento de Eduardo Bonnín y su convicción de que "se puede ser mejor". Analiza cómo su visión, fundamentada en la amistad, el amor y la mentalidad cristiana, motiva a superar limitaciones y alcanzar una vida plena en coherencia con el Evangelio.

Estas reflexiones, escritas al vuelo (lento) para este apartado de "fer volar coloms", son mi punto de vista sobre una fascinante realidad: ¡se puede ser mejor!

Aunque no tengo ninguna formación teológica, creo que cualquier persona que busque sinceramente a Dios, se cruzará con Él - inevitablemente - ¡en el interior del Hombre! Otra cosa es que sepa reconocerle. Quién sí encontró y supo ver, a Dios en la Persona, fue Eduardo Bonnin. Ese encuentro le iluminó. Sus escritos y sobre todo su vida dan fe de ello.

Que Dios vive en la Persona, que se manifiesta a través del amor y la amistad, es para Eduardo una abrumadora evidencia, que fue la base y origen de la Mentalidad de Cursillos. Todo ello lo dejó por escrito y además ¡lo puso en práctica!, por esto, Eduardo pudo afirmar: "¡Se puede ser mejor!", con un convencimiento de que es verdad, como pocos habrán tenido jamás.

Todos los buscadores de la verdad, de todos los tiempos: filósofos, místicos y santos (Eduardo entre ellos), han sabido ver que las posibilidades para ser mejor - en el más elevado término de la palabra - se encierran en interior del hombre; ahí están todas y por si eso no bastase - para los creyentes -, ahí también está Dios, así que es normal que se entusiasmasen repitiéndonos de mil maneras, que “ser mejor” es posible y depende de nosotros.

Por supuesto, las potencias humanas se pueden usar bien o mal, no es que estas potencias o talentos, sean buenos o malos en sí mismos, sino que es el impulso que los pone en movimiento el que nos llevará a ser mejores o peores personas. Así acciones pues, conviene que el ejemplo de Cristo ilumine nuestras

Cada uno quien debe vivir su vida y desarrollar en ella todas sus potencias, y Cristo es el impulso que nos puede llevar a lograr una vida cada vez más plena, más serena, más alegre. No permitamos que las circunstancias adversas o la propaganda del mundo, nos paralicen o nos lleven a vivir impulsados por el rencor y la amargura, pues en este caso y aun estando en el camino cristiano, iremos en dirección equivocada.

Ser mejor es difícil, tenemos muchas cosas en contra no voy a hacer la lista, sólo mencionaré una que me llama la atención y es que, a pesar de todas las limitaciones de nuestra fe, nos es más fácil creer en Dios que creer en nosotros mismos, así que, optamos por lo sencillo y nos olvidándonos de que ser mejores depende de nosotros.

No niego que a veces necesitamos descansar, somos humanos, y en esas situaciones, al buscar consuelo para nuestro dolor y agotamiento, ideamos historias como aquella en la que nos vemos andando junto al Señor por una playa, pero en un mal momento, sentimos que Dios nos ha abandonado pues sólo vemos unas huellas, hasta que descubrimos que son las del Señor que nos llevaba en brazos en nuestra debilidad. Es una historia emotiva y tranquilizadora, pero si nos quedamos en ella, corremos el peligro de creer que ya no podemos más. Cristo sabe que eso no es verdad, Él sabe que sí podemos más, por eso su Evangelio es un canto constante a la fe, el amor y la esperanza, un canto que nos invita a dar lo mejor de nosotros mismos. Sabiendo además que lo que nos detiene es el miedo en todos sus aspectos, desde el más trivial miedo a un examen hasta al descarnado miedo a la muerte, nos repite una y otra vez: "no tengáis miedo". Creo que, si confiamos en Él y le hacemos caso, si vamos siendo cada día más cristianos, lograremos con nuestro esfuerzo ser mejores; auténtico y seguro “milagro” que todos podemos lograr. Así, cuando lleguemos a Cristo, lo único que nos quedará por decirle será: ¡Gracias!

Luchar por ser mejor, creer que se puede ser mejor, no significa que no debamos aceptarnos tal como somos, con las limitaciones que cada uno tenga, lo que significa es que nuestras posibilidades son mucho mayores de lo que creemos.

Llegados a este punto y visto el esfuerzo que requiere ser mejores, la pregunta es, ¿queremos serlo?, si es así, que nuestra alma ore, que nuestra mente crea y que nuestra acción sea coherente con el Amor en el que decimos creer pues el Evangelio nos pide amar con todas las fuerzas; eso comprende todos los aspectos del amor: el de pareja, familia, amigos, amarnos a nosotros mismos y amar a todo ser humano por el mero hecho de serlo, amar la Vida. Amar con todas nuestras fuerzas nos hará ser mejores.

Hagámoslo y veremos que vamos alcanzando nuestros ideales - y no nos importe que no sean los que teníamos al principio, serán mejores -; además descubriremos que nuestros talentos y posibilidades van creciendo con nosotros. Lo importante es no dejar de andar. Para saber si realmente avanzamos un amigo me dijo que es conveniente de vez en cuando hacer repaso a nuestra vida y así, si un día vemos que no somos mejores que hace unos años, significará que nos hemos parado demasiado tiempo; entonces levantémonos y sigamos adelante. Cristo no se detuvo, no lo hagamos nosotros.

¿Qué es ser mejor? Como todas las preguntas importantes tiene muchos matices, se puede ser mejor padre, madre, trabajador, empresario, nadador, ser más alegre, menos perezoso, escribir mejores artículos. Lograr ser mejor en uno solo de estos aspectos ya es mucho, pero la plenitud implica avanzar en todos ellos a la vez, no es imposible, aunque para no desanimarnos cada día al tropezar con nuestras debilidades, sean la que sean (ojalá fuese sólo una), recemos, y si puede ser, no perdamos el sentido del humor.

Ahora caigo, que casi todo lo que acabo de escribir tiene que ver con la acción y oración, pero para ser mejores también hace falta el estudio, es indispensable conocernos mejor y conocer mejor la realidad, lograr ver sus distintos matices. Sólo el intentarlo ya evitará que caigamos en el error de creer saberlo todo y nos llevaremos grandes sorpresas.

"Dios te ama tal como eres", es una realidad, pero no nos confundamos creyendo que eso significa: "Dios conoce mis debilidades y aun así me quiere", esa es sólo la mitad de la verdad y como tal puede llevarnos a la conclusión equivocada de que no hace falta esforzarse por ser mejor pues Dios sabe que somos débiles, podríamos rendirnos de la vida. Más verdad es: "Dios me ama tal como soy, conoce mis debilidades, mis fortalezas, mis posibilidades", viéndolo así, seguiremos adelante.

Por último, quiero decir que creo que la sociedad actual, totalmente ajena a Dios, se centra en objetivos menores: “sentirse mejor” y “estar mejor”. Ambos son objetivos importantes y deseables, pero no confundamos el "sentirse" y el "estar", con el "ser". El ser es nuestra propia esencia, el ser colma nuestra humanidad y al final, la trasciende.

Hay muchas formas de sentirse y estar mejor como medicina, el deporte, el trabajo, la meditación, la colaboración, etc. cosas todas ellas que nos ayudarán a ser mejores. También hay formas engañosas que, por un instante, pueden hacernos sentir mejor, como la droga o la superstición e incluso algunas que pueden hacernos sentir bien casi toda la vida, como el relativismo.

Para ser mejor, está el perdonar, el comprender, el alegrarse, el escuchar, el ayudar, es decir, sólo hay una forma de ser mejor: amar.

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